lunes, 22 de noviembre de 2010

Introducción

El inicio del cine mexicano tuvo su origen económico, pues grandes capitales extranjeros "movieron los hilos" de la industria cinematográfica. Estos monopolizaron la producción y difusión y al final dejaron el producto listo para el consumo.


En este marco, el cine penetró con gran fuerza a nuestro país, pues los intereses en juego eran demaciado poderosos. En un principio, los hermanos Augusto y Luis Lumiêre, interesados en la comercialización mundial de sus aparatos, mandaron a México, en 1896, a su agente Vayre, quien hizo una demostración a los hombres de empresa de nuestro país. Vayre dejó un representante oficial para asegurar el control del futuro negocio; la casa Casabut llevó acabo tramites y el pedido de tal manera que en 1896 Salvador Toscano abrió la primera sala pública en exhibición en México. Así se instaló el primer Cinematógrafo Lumiêre en las calles de Jesús Maria, donde se proyectaban películas diariamente con un módico costo de 10 centavos la entrada.

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